El tiempo vuela y los años pasan... Las personas crecen y las circunstancias cambian... Los niños se hacen mayores y los jóvenes maduran...
Quiero hacer este espacio y dedicar estas pequeñas letras a una personita que me acompañó durante un tiempo en este mundo del TaeKwonDo y que hoy por hoy aún llevo conmigo sus recuerdos, aún extraño y aún ansío entrenar y estar en una competencia con ella y compartir los nervios, la adrenalina y los temores.
Era antes tan pequeña y peleaba tan bien que todos tenían que ver con ella e incluso en ocasiones tenia que asumir yo las palabras de los demás cuando decían que era mejor que yo, por un lado me daba rabia, a quien no le pasaría? Pero por el otro me encantaba ver su carita de satisfacción, sus mejillas sonrojadas cuando los entrenamientos eran muy fuertes y el calor nos agobiaba y sus ojitos tiernos agotados mirándote como que ya no puede mas. Decías "wow como puede?" cuando en la carrera a pesar de sus cortos 12 años era la única que se mantenía al lado del entrenador mientras los otros, atrasados, nos quejábamos por el cansancio y la larga distancia.
Me enorgullecía mucho cuando peleaba y lograba ganar a contrincantes muchos mas altos q ella porque se valía de la táctica de pegar en corto por debajo mientras los otros querían solo pegarle arriba y luego no se creían como la pequeñita les ganaba, me excitaba gritándole en cada combate ya q se veía tan inofensiva pero a su vez guerrera y peleadora que al final solo la podías abrazar y dar un beso.
Los entrenamiento, dios!!! A veces era un suplicio porque poseía una paciencia para hacer las cosas y una calma aparente siempre estaba en ella, recuerdo que a veces me molestaba porque o no me sujetaba bien los mits, o porque la juzgaba de vaguear y luego en combates le peleaba duro además de por rabia para que se ajustara al nivel y al rigor de pelear con alguien mayor ya que si soportaba mi presión luego acabaría con todas. Lo mejor de todo era su compañía, era su apoyo, era decirnos lo que estaba bien o mal, era rectificarnos las poomses, era cada tarde de cansancio por el ajetreo escolar vestirnos de prisa e irnos juntas a esperar un autobús que demoraba y luego correr para no llegar tarde, era reír por el camino con sus ocurrencias e incluso a veces molestarte por ir rápido por su demora merendando o su tardía en llegar a casa del cole. Era terminar de entrenar en la noche muertas de cansancio y empapadas en sudor e irnos solitas la una con la otra camino a casa esperando nuevamente un autobús que a veces tardaba horas, era ser las mejores amigas y compañeras de equipo...
Eran tantas cosas que vivíamos en la isla, en esa pequeña isla llamada Cuba, cada pedacito de recuerdo se nos queda dentro.
Mi hermanita, mi pequeña y dulce hermanita, todo esto y mucho más está con nosotras y nos identificará donde quiera que estemos, tú hoy en Jamaica, yo hoy en España, no importa, siempre tendremos el privilegio de un día habernos acompañado en este deporte y haberlo comenzado juntas cuando incluso las dos éramos muy peques y nos mirábamos preguntándonos si nuestros padres estaban locos al meternos es un deporte de combate que ni a penas conocíamos.
Aún sueño con que un día podamos repetir en algún lugar de este mundo y compartir esto que tanto nos apasiona. Sin dudas, juntas, seríamos las mejores. Te quiero.
Un pequeño detalle para hacer de este espacio algo más especial...